lunes, 28 de septiembre de 2015

UN RATÓN CORRE A TRAVÉS DE UN PRADO




El pasado Julio tuve ocasión de viajar a Alicante para ver la impresionante exposición dedicada a Tolkien ubicada en el Castillo de Santa Bárbara.
Aunque llevaba tiempo queriendo verla, el motivo principal fue asistir al concierto que los Innerlands ofrecían en el castillo presentando las canciones de su último disco y la esperanza de compartir, aunque fuera durante los ensayos, un ratito de bodhran con mi amigo Martín.
Como Martín es de pecho ancho, me prestó uno de sus tambores y allá que nos pusimos a tocar el cuero y la madera, ya ustedes ven:


(El que tiene la pipa en la boca, y cara de felicidad, es un servidor)

Cuando terminé de tocar, allá los dejé aún un rato más ensayando temas y me senté a la sombra de un árbol próximo a disfrutar de la música hasta que empezó a cantar Amanda y las palabras se agolparon en mi cabeza, como me pasa tantas veces con los Innerlands, y tuve que pedir velozmente un bolígrafo y garrapatear una canción al hilo de lo que me dictaba la música.

Y en mi cabeza, veía un pequeño ratón en un mundo ancho y lleno de espinas y zarzas. Un ratón solo frente a todos los peligros de un bosque: halcones, gavilanes, zorros y trampas... un ratón que intentaba valientemente cruzar un claro.
Y en mi corazón surgió un exclamación: "Corre, muchacho, corre, déjalos atrás a todos. Demuestra que eres mejor que ellos."
Y mi corazón estuvo del lado de todos los ratones que afrontan un mundo enorme y lleno de amenazas, de desánimos, de desesperanzas, de tristezas.
Y me dije para mi: "Corre, ratoncillo, corre. No dejes que puedan contigo."

Y así, medio asustado por la carrera y medio exultante por el pequeño triunfo que es vencer un día más al mundo, escribí esta canción cuando ya el mar me anegaba los ojos.

Para Amanda, que cantó la canción.
Para Martín, que me prestó su tambor.
Y para los Innerlands, por la Magia.


Corre, ratoncillo, corre

Corre, ratoncillo, corre.
Cruza el prado bajo alas de muerte,
huye del halcón, la lechuza y el cárabo.
Corre, ratoncillo, corre:
Corre bajo la luna de plata.

Corre, pequeña centella.
Mira al cielo sin miedo en los ojos.
Corre como el viento, sin ser visto.
Corre, ratoncillo, corre
y vive para ver otro día.

Déjales atrás a todos:
A la Pena, al Pesar y a la Desesperanza.
Déjales atrás con alas en la patas
y rie, ratoncillo, rie
en la cara del halcón que porta miseria,
bajo las anchas alas de la Tristeza.

Corre, ratoncillo, corre.
Veloz, pero nunca asustado:
Corre más rápido que el Infortunio.

Pero corre, ratoncillo, corre:
Raudos, nuestros corazones escapan contigo.

Castillo de Santa Bárbara

Alicante. Jul-15.





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